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Eva Perón, la mujer emblema del peronismo

Politimía te cuenta la vida de Eva Duarte de Perón, la mujer que recibió del Congreso el título de Jefa Espiritual de la Nación, la líder de los descamisados que supo ser amada por los humildes y odiada por la oligarquía nacional.


María Eva Ibarguren, más conocida como Eva Duarte de Perón, nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, un pueblo bonaerense de tres mil habitantes, con calles de tierra y donde no abundaban las industrias, por lo que, como muchas, la Ibarguren era una familia muy pobre.


Eva era hija de Juana Ibarguren, que se desempeñaba como costurera, y Juan Duarte Manechena Etchegoyen, que trabajaba como administrador en la estancia “La Unión”. El padre de Eva había formado una familia “legal” junto a su prima Adela Duarte en Chivilcoy y con Juana Ibarguren formó una segunda familia que mantenía en la clandestinidad.


Juan Duarte, entonces, era padre de cinco hijos con Juana, a los que no había reconocido legalmente por lo que la partida de nacimiento de Eva llevó el apellido materno. Las buenas familias de los “hogares bien constituidos” de la época estaban caracterizadas por una doble moral que no incluían a los hijos naturales. Las actitudes patriarcales de la época justificaban y defendían “las necesidades masculinas” fuera del hogar y así los maridos de las mujeres de la alta sociedad embarazaban a sus amantes fuera de sus hogares bien constituidos. Los niños naturales, es decir los que solo llevaban el apellido de la madre soltera, eran considerados bastardos y eran atacados socialmente.


Eva o “Cholita”, como la apodaba su familia, empezó el primer grado a los 8 años en la Escuela Mixta Urbana N° 1 en Los Toldos y luego se traslado junto a su familia a Junín donde completó la primaria en la Escuela N° 1 “Catalina Larralt de Estrogamou”. La infancia de Eva estuvo marcada por la pobreza y por la discriminación por no llevar el apellido paterno. Según contaban sus ex maestras, Eva no se caracterizaba por tener amigas y era una niña retraída con un rendimiento académico deficiente en materias como matemáticas, lengua o geografía, pero disfrutaba de disciplinas como canto, música o la actividad física.


Producto de haber padecido las desigualdades de la época y de haber conocido la pobreza en carne propia, Eva al alcanzar la madurez expresó: “La limosna para mí siempre fue un placer de los ricos, el placer desalmado de excitar el deseo de los pobres sin dejarlo nunca satisfecho. Y para eso, para que la limosna fuera aún más miserable y más cruel inventaron la beneficencia y así añadieron al placer perverso de la limosna el placer de divertirse alegremente con el pretexto del hambre de los pobres. La limosna y la beneficencia son, para mí, ostentación de riqueza y de poder para humillar a los humildes”.


La crisis provocada por el crack del 29 en Estados Unidos repercutió en los países periféricos como la Argentina donde el sector más afectado era el campo. Los pequeños productores no podían afrontar los préstamos que habían tomado para agrandar sus tareas por lo que la mayoría de ellos tuvieron que dejar las zonas rurales en busca de oportunidades económicas en la ciudades y pasaron de ser propietarios a proletariado. Sin lugar a duda, los peones de campo también se vieron afectados y comenzaron a migrar hacia las ciudades por el hambre que generaba la crisis.


Como a Eva le gustaba mucho recitar poesía, en 1933 participó de la obra “Arriba Estudiantes” y unos meses más tarde debutó artísticamente recitando el poema “Una Nube” de Gabriel y Galán en el programa de radio "La hora selecta" en Junín.


La llegada a la gran capital


Durante la presidencia de Agustín P. Justo, participe de la “década Infame”, Eva tenía 15 años y llegaba a Buenos Aires donde la esperaba su hermano Juancito, que estaba cumpliendo con el servicio militar. Ella ocupó un cuarto en una pensión en el barrio de Congreso mientras el país observaba como, para perpetuarse en el poder, tanto las dictaduras, los conservadores y los anti personalistas recurrieron a medidas autoritarias y represivas tales como el fraude, las intervenciones federales a las provincias y la violencia política, en lo que se conoció como el “fraude patriótico”. Los presidentes de la década infame fueron: Uriburu, Justo, Ortiz y Castillo.


El 28 de marzo de 1935 Eva pudo ingresar a la Compañía Argentina de Comedias para debutar como actriz en el Teatro Comedia en la obra “La señora de Perez”, donde Eva personificó el papel de una mucama. Además, actuó en las obras “Madame Sans Gêne”, “Cada hogar es un mundo” y luego se incorporó a la Compañía de Comedias de Pepita Muñoz, José Franco y Eloy Alfaro, para realizar una gira por el interior del país para presentar “Miente y serás feliz”. Cabe destacar que a pesar de que desde 1919 ya existía el gremio de actores y tenían conquistas como el descanso de los lunes y un salario mínimo, la crisis del país durante la “década infame” provocó que el teatro fuese la actividad cultural más afectada con lo que las compañías duraban sólo una temporada y sólo se estrenaban las comedias con bajo costo de producción. Esta situación hacía que la mayoría de los actores y actrices trabajaran muchas horas por día para pagar una pensión y comer salteado sobre todo si encarnaban papeles de reparto.


En 1936 Eva continuaba desempeñándose como actriz y se incorporó a la compañía de Pablo Suero para trabajar en la obra de teatro “las inocentes” y un año más tarde consiguió un pequeño papel en la obra “La fiesta de Juan Manuel” y otro en la obra “La nueva colonia”.


Un año más tarde, Eva empezó a caminar los pasillos de la radio y los set de filmación ya que en marzo de 1937 se incorporó a la compañía “Remembranzas” de radio teatro en radio “Belgrano” para participar en la obra “oro Blanco” y al mismo tiempo consiguió un pequeño papel en la película “Segundos afuera”. 1939 fue un año trascendental para Eva en el que se incorporó a la compañía de teatro del Aire en radio Mitre para encabezar “Los jazmines del ochenta”, lo que le permitió filmar las películas “La carga de los valientes” y “El más infeliz del pueblo”, entre otras. Toda esta vertiginosa exposición hizo que a Eva se le adjudicaron diversos romances y que empezara a salir en las tapas de las revistas Sintonía, Antena y Radiolandia.


Para 1942 Eva era una estrella en ascenso y si bien algunas revistas mostraban de ella una imagen de “trepadora” por sus relaciones amorosas, Eva continuaba creciendo. En ese mismo año, encabezó la compañía “Candilejas” en radio El Mundo, por lo que pudo mejorar su situación económica. Dejó la pensión en la que vivía y pudo empezar a enviarle dinero a su madre.


En 1943, Eva y otros compañeros fundaron la Asociación Radial Argentina, una entidad gremial que defendía los derechos de los trabajadores de la radiofonia. Esto dejó en claro que Eva ya venía formando conceptos y términos políticos antes de conocer a Perón.


Perón se acerca al poder


Ya instalada la Segunda Guerra Mundial, para 1943 el presidente Castillo aprobó la decisión de la “Concordancia” de postular a Patrón Costas como candidato oficial en las futuras elecciones presidenciales, cuestión que generaba incertidumbre acerca del rumbo de las políticas internas y externas del país. Interrogantes como: si habría continuidad del proceso de industrialización en el mundo de pos guerra, qué tipo de relación tendría el país con las potencias centrales y sobre si iba a existir un aumento de la participación política de los nuevos sectores sociales que surgieron los últimos años. Cuestiones que no tenían respuesta por parte de la vieja dirigencia, incluyendo a los partidos políticos opositores y en especial al radicalismo que ya no contaba con Alvear y no tenía figuras de renombre. Esto llevó a que las fuerzas armadas, creyendo poder resolver los problemas pendientes, se involucraran una vez más en la política.


La década infame llegó a su fin a través de un golpe militar comandado por una logia conocida como el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) que derrocó al presidente Castillo el 4 de junio de 1943.


Los jóvenes oficiales del GOU tenían como objetivos restablecer la moral y la disciplina dentro del ejército, recuperar al país de una corrupción que podía desembocar en el comunismo con la creciente actividad sindical de signo izquierdista había aumentado para enfrentar al gobierno de la concordancia, terminar con el fraude para volver a restablecer el sistema electoral transparente y solucionar la crisis social.


Ya en el ejercicio del poder, los dictadores también buscaban mantener la neutralidad de la Argentina frente a la Segunda Guerra Mundial e impedir que las potencias mundiales influyeran en las decisiones internas de nuestro país como lo venían haciendo con el gobierno anterior.


El presidente provisional fue el general Pedro Pablo Ramírez considerado, en un principio, como el verdadero jefe del movimiento militar. Las primeras medidas del gobierno militar fueron decretar la educación religiosa obligatoria en las escuelas estatales, se suspendió la publicación de periódicos judíos, se reprimió a comunistas y a liberales, los partidos políticos fueron proscriptos y se tomó el control de los medios de comunicación por lo que se intervinieron todas las emisoras de radio, lo que prolongó la ausencia de Eva en los radioteatros.


Dentro del gobierno había protagonistas importantes como el vicepresidente Edelmiro Julián Farrell y el coronel que se desempeñaba como ministro de Guerra, Juan Domingo Perón.


Juan Domingo Perón era un joven que si bien compartía los postulados nacionalistas católicos del gobierno, demostró tener una visión política original. Durante el gobierno militar fue nombrado ministro de Guerra y luego fue encargado del Departamento Nacional del Trabajo, que se transformó en Secretaría de Trabajo y Previsión teniendo tres ejes principales: la justicia social, el control de la clase obrera y la despolitización de las organizaciones sindicales. Perón, al contrario del gobierno, fue cauto a la hora de ejercer el poder al mando de los ministerios. Para profundizar su relación con el movimiento obrero era necesario que Perón se alejara de las medidas del gobierno que habían demostrado ser anti sindicales. A través de numerosos encuentros, el secretario de Trabajo fue logrando, paulatinamente, contar con el apoyo de un amplio sector del movimiento obrero y de algunos intelectuales de línea nacionalista popular y anti-imperialista del grupo de FORJA a los que se sumaron Horacio Quijano y Juan Ignacio Cooke del sector radical alvearista.


El terremoto en San Juan


En enero de 1944 la ciudad de San Juan padeció un terrible terremoto de 7,4° en la escala de Richter. La tierra tembló durante unos 40 segundos provocando la peor catástrofe de la historia argentina hasta ese momento, donde 7.000 personas murieron, 12.000 resultaron heridas y la ciudad fue destruida casi por completo. El pueblo argentino estaba conmovido por la situación y respondió al pedido de Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión que convocó a distintos representantes de la banca, de la industria, del comercio, del deporte y culturales para formar grupos de colectas.

Además de recorrer las calles con alcancías para recaudar dinero, Eva se presentó junto a su compañía de radioteatro en el festival a beneficio de las víctimas del terremoto que se realizó el 22 de enero de 1944 en el Luna Park. Ese fue el día exacto en el que Eva Duarte y Juan Domingo Perón empezaron a entablar una relación sentimental. Un mes más tarde, Perón y Eva no ocultaron su romance, que era criticado por el ejército alegando que el coronel “perdía jerarquía” al lado de una joven actriz de un pasado “oscuro”.


Perón se acerca a la presidencia


Cuando en 1944 Estados Unidos presionó a la Argentina para que salga de su eje neutral, el presidente Ramírez firmó aceptando el pedido, lo que provocó que el GOU lo sacara del cargo. Es así que asumió Edelmiro Julián Farrell y Perón fue creciendo dentro del Gobierno gracias a su rol protagonista en la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde firmó junto a los trabajadores numerosos convenios colectivos de trabajo, estableció el estatuto del peón que protegía al trabajador rural que nunca estuvo legislado, instauró el derecho de indemnización por despido para los obreros, generó el otorgamiento de vacaciones, ordenó el paga de aguinaldo y jubilación y fundó escuelas de capacitación profesional. Con la llegada de Farrell a la presidencia, Perón ocupó los cargos de ministro de Guerra, secretario de Trabajo y Previsión y vicepresidente de la nación, lo que hizo que su figura creciera cada vez más provocando adeptos y retractores.


Paralelamente al trabajo de Perón, Eva lanzó un programa en Radio Belgrano llamado “Hacia un futuro mejor” donde se bajaba línea en un lenguaje directo y apasionado para resaltar la labor del gobierno, pero más que nada para visibilizar la obra que Perón venía haciendo en los ministerios y en la vicepresidencia. El programa dio muy buenos resultados y estratégicamente pasó a transmitirse desde la Radio del Estado.


Varios sectores militares y políticos opositores veían con preocupación la creciente influencia de Perón, por lo que en septiembre de 1945 se organizó la importante “marcha de la Constitución y de la libertad” en la que se cantaba: “Hoy hacemos un cajón para Farrell y Perón”. El 9 de octubre de 1945, los oficiales de Campo de Mayo, la mayor guarnición militar del país, se sublevaron bajo la conducción del ex integrante del GOU, el general Eduardo Ávalos, que obligó a Perón a renunciar a todos sus cargos. Al día siguiente, frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión Perón expresó que dejaba decretos firmados a favor de los trabajadores. El vicepresidente fue llevado preso a la isla Martín García el 12 de octubre y Eva Duarte vio cómo los opositores iban cancelando sus contratos radiofónicos haciendo que su espacio de radioteatro fuese destinado a otra programación. Además, Eva fue víctima de distintos ataques en la vía pública por parte de los opositores. Al soportar todos estos avatares, Eva Duarte volvió a demostrar una vez más que entre ella y Perón no había un interés pasajero, sino un amor que iba a durar hasta el día de su muerte.


El 16 de octubre de ese año, la CGT declaró un paro general de 24 horas en todo el país para el 18 de octubre con el fin de apoyar el regreso de Perón. Sin embargo, un día antes de la huelga propuesta, el 17 de octubre de 1945 una multitud de trabajadores irrumpió en el centro de Buenos Aires exigiendo la libertad de Perón.


Después del calvario llegaron días de felicidad para Eva y Perón. Luego de recuperar la libertad, el 22 de octubre la pareja se casó en el registro civil de Junín y el 10 de diciembre lo hicieron en la iglesia de San Ponciano en La Plata.


La candidatura


La candidatura de Perón a presidente no se hizo esperar, apoyado por el ejército, la iglesia, los trabajadores y la ayuda de Eva que se metió de lleno en la política respaldando a su marido. Los opositores crearon la “Unión Democrática”, integrada por parte de la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el Partido Comunista, el Partido Demócrata Nacional, el Partido Demoprogresista apoyados por Braden, el embajador de EEUU, los medios de comunicación, la Sociedad Rural Argentina, la Bolsa de Comercio y la confederación universitaria. Los candidatos de la Unión Democrática fueron los radicales José Tamborini y Enrique Mosca, mientras que por el Partido Laborista los candidatos eran Perón y Hortensio Quijano, un radical proveniente de la llamada Junta Renovadora.


El embajador, diplomático y lobbista de Estados Unidos Spruille Braden se puso al hombro la campaña en contra de Perón y este último utilizó al embajador norteamericano como eslogan de campaña al expresar que en el país existía “Braden o Perón”. La campaña de Perón fue muy intensa. Junto a la futura primera dama, recorrieron el país visitando la mayoría de las capitales provinciales en un tren cuya locomotora fue bautizada como “La Descamisada”.


El 24 de febrero de 1946 la fórmula presidencial Juan domingo Perón y Hortensia Quijano consiguió el 52% de los votos y derrotó a la fuerza José Tamborini-Enrique Mosca, que obtuvo el 45% de los sufragios. Una vez que se conocieron los resultados de la elección, Eva Perón pronunció su primer discurso político para agradecer el apoyo de los trabajadores y la compañía femenina en la campaña. Además, la primera dama adelantó que se sumaría al esfuerzo femenino para que las mujeres puedan finalmente votar en Argentina y expresó: “La mujer del Presidente de la República, que os habla, no es más que una argentina más, la compañera Evita, que está luchando por la reivindicación de millones de mujeres injustamente pospuestas en aquello de mayor valor en toda conciencia: la voluntad de elegir, la voluntad de vigilar, desde el sagrado recinto del hogar, la marcha maravillosa de su propio país. Esta debe ser nuestra meta. Yo considero, amigas mías, que ha llegado el momento de unirnos en esta fase distinta de nuestra actividad cotidiana. Me lo indican diariamente la inquietud de vuestros pensamientos y la ansiedad que noto cada vez que cruzamos dos palabras”.


Así, el 4 de junio de 1946, Juan Domingo Perón asumió la presidencia con la idea de continuar con las políticas sociales con las cuales se había ganado el apodo de “primer trabajador”.


La presidencia


Perón asumió la presidencia teniendo como eje central la problemática institucional de la continuación o no de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) que había logrado que el país creciera económicamente durante varias décadas por la implementación de nuevas industrias que proveían los materiales que no se conseguían durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, una vez concluida la guerra, las potencias mundiales iban a volver al ruedo de las exportaciones e importaciones, lo que puso en debate la continuación o no de la ISI.


Para solucionar la problemática, Perón generó una política de alianzas de clases en la cual el empresariado nacional jugaría un rol importante a través de la ISI para sostener la distribución y las reformas sociales y laborales. Esta transformación estuvo acompañada del primer Plan Quinquenal lanzado en 1947, mientras que paralelamente se abrió un ciclo de estatización, de desarrollo de la industria pesada y proyectos energéticos y nucleares.


Históricamente, la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, fundada por un decreto en 1823, era liderada por la primera dama, pero las mujeres de la oligarquía Argentina no veían con buenos ojos la llegada de la joven Eva al puesto. En 1946, la Sociedad de Beneficencia fue intervenida gracias a la iniciativa del senador Diego Luis Molinari. Fue así que Evita, en una oficina del Correo Central, inició la campaña de solidaridad y ayuda y no de la beneficencia, que detestaba. Rápidamente, la campaña se convertiría en una Fundación donde la primera dama recibía todo tipo de pedidos de ayuda social y se convirtió en intermediaria en la relación de Perón con los humildes.


La fundación Eva Perón


El 8 de julio de 1948, a través del decreto 20.564 firmado por Perón, la campaña social encabezada por Eva Perón recibió un marco jurídico por el cual se convirtió en la Fundación Ayuda Social María Eva Perón, que dos años después pasaría llamarse Fundación Eva Perón.


La Fundación, que era financiada por el Estado y por algunas empresas privadas, abarcó diversos aspectos: se crearon distintas instituciones como hogares para la atención y orientación de las mujeres y niñas abandonadas. Como la niñez y la juventud eran considerada por el peronismo como las únicas privilegiadas, se crearon comedores escolares, hogares escuelas y se organizaron competencias deportivas. Así mismo, esta institución creó la escuela de enfermería en 1950 y se crearon varios hogares para ancianos en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Tucumán. Además, se fomentó la construcción de escuelas primarias y secundarias con énfasis especial en la enseñanza técnica de los oficios y artes naturales, para lo cual se crearon escuelas fábricas y escuelas de capacitación obrera para adultos y la escuela de capacitación profesional para mujeres. La obra de la Fundación fue monumental. Tal es así que generó la fuerte crítica de la oligarquía nacional a la que Eva Perón contestaba enfáticamente: “Yo no tengo ningún escrúpulo en hacer las obras que construye la Fundación, incluso con lujo. Tal vez podría cumplir igualmente su misión con menos arte y menos mármoles, pero yo pienso que para reparar en el alma de los niños, de los ancianos y de los humildes el siglo de humillaciones vividas, sometidos por un sistema sórdido y frío, es necesario tener algo de mármoles y de lujo. Es decir, pasarse si se quiere un poquito al otro extremo en beneficio del pueblo y de los humildes”.


El voto femenino


1947 fue un año trascendental para la historia nacional, ya que se produjo una reforma política importantísima como fue la sanción del voto femenino, conquista lograda por la lucha de diversos grupos feministas que venían trabajando desde fines del siglo XIX. Si bien la ley del voto femenino ya había sido impulsada décadas atrás por el diputado socialista Mario Bravo en la cámara baja, la ley no pudo ser sancionada por el pensamiento retrógrado que tenía el Senado de la Argentina en la década de 1930. Pero la lucha del Partido Socialista continuó presentando diversos proyectos firmados por el diputado Alfredo Palacios en 1935 y en 1938. Luego de que el proyecto de ley pasara por el Senado, la Cámara de Diputados lo sancionó por unanimidad el 9 de septiembre de 1947. La Casa Rosada fue el lugar elegido para que Perón le entregara a Evita, en representación de todas las mujeres del país, el decreto firmado que promulgaba la ley del voto femenino.


El Partido Peronista Femenino


En 1949 se creó el Partido Peronista Femenino del que Eva Perón fue la presidenta. El partido contó con 3.600 sedes partidarias en todo el país en donde se llevaban a cabo actividades en las que se enseñaba a las mujeres el rol de autoridades de mesa y fiscales durante un proceso electoral. También se realizaron cursos de alfabetización, primeros auxilios y las mujeres contaban además con servicios de consulta jurídica. Luego de haber alcanzado la reforma constitucional en 1949 que habilitada a Perón a ir por una reelección, en 1951 se iban a realizar las elecciones presidenciales junto a la elección de diputados, senadores y varios gobernadores. Para la fórmula presidencial se barajaron varios nombres, pero Héctor J. Cámpora propuso que la candidata para la vicepresidencia sea Eva Perón y fue respaldada por la CGT, por el Partido Peronista Femenino y por muchas agrupaciones políticas y sindicales peronistas de todo el país. A partir de ese momento comenzó una campaña no oficial que postulaba la fórmula Perón-Perón y entre otras cosas se empezaron a ver varios carteles con la leyenda “Perón cumple, evita dignifica”.


El 22 de agosto de 1951 la CGT organizó un acto que se conocería después como “El Cabildo Abierto del Justicialismo” donde se esperaba la proclamación de la fórmula peronista, pero Evita ante la presencia de miles de seguidores dio el primer paso para renunciar a ser candidata para la vicepresidencia. Finalmente el 31 de agosto de 1951 Eva anunció por cadena nacional que no aceptaba el pedido para formar parte de la fórmula presidencial.


Así, en las elecciones de 1951 las mujeres argentinas votaron por primera vez en todo el país donde fueron elegidas 23 diputadas y 6 senadoras nacionales, y 58 diputadas y 19 senadoras provinciales.


Maldito cáncer


La salud de Eva Duarte de Perón se fue deteriorando con el tiempo. En 1950 fue operada de una supuesta apendicitis, pero el médico que intervino la operación detectó anomalías y ordenó nuevos estudios que dieron como resultado un tumor maligno de cuello de útero que ya se había extendido a otras partes de su cuerpo. La situación era gravísima, pero Eva, que era una mujer apasionada por la política y por la ayuda social, continuó con sus ardua tarea y se negó a seguir todo tipo de tratamiento que le quitara tiempo para su labor diaria.


En octubre de 1951 y sin el permiso de los médicos, Eva participó de lo que sería su última celebración del 17 de octubre. Visiblemente desmejorada, ante miles de personas, la primera dama expresó: “Mis descamisados: yo quisiera decirles muchas cosas, pero los médicos me han prohibido hablar. Yo les dejo mi corazón y les digo que estoy segura, como es mi deseo, que pronto estaré en la lucha, con más fuerza y con más amor, para luchar por este pueblo, al que tanto amo, como lo amo a Perón. Yo les pido una sola cosa: estoy segura que pronto estaré con ustedes, pero si no llegara a estar por mi salud, cuiden al general, sigan fieles a Perón como hasta ahora, porque eso es estar con la Patria y con ustedes mismos. Y a todos los descamisados del interior, yo los estrecho muy cerca de mi corazón y deseo que se den cuenta de cuánto los amo”. (Video: Canal Encuentro)


El 11 de noviembre, después de haber solicitado permiso a la Junta Electoral, Eva Perón pudo ejercer su derecho y votó, como lo hicieron miles de otras mujeres por primera vez en la historia. La única gran diferencia fue que Evita lo hizo desde la habitación del Policlínico donde se encontraba internada desde hacía unos días después de haberse sometido a una operación sin éxito.

La metástasis del cáncer no impidió que Eva continuara con su actividad, por lo que se la pudo ver hasta último momento participando de actividades para su fundación y para el Partido Peronista Femenino. El 1 de mayo de 1952 Eva se presentó en el acto en conmemoración del día del trabajador en la plaza de Mayo. Antes de terminar su discurso, Eva señaló: “Antes de finalizar, compañeros, yo quiero darles un mensaje: que estén alertas. El enemigo acecha. Los vendepatrias de adentro, que se venden por cuatro monedas, están también al acecho para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo, y yo sé que estando el pueblo alerta somos invencibles, porque somos la Patria misma”.


La última aparición


El 4 de junio de 1952 Juan Domingo Perón asumió el cargo de presidente de la Nación. Aquel día, acompañado por la primera dama, viajaron en el auto presidencial con una Eva que ya estaba muy enferma, solo pesaba 37 kilos y fue sostenida por una estructura metálica para poder recorrer las calles junto a su marido y a las miles de personas que querían estar en la asunción del cargo. Días más tarde, Eva escribiría su testamento en cual se puede leer: “Quiero que todos mis bienes queden a disposición de Perón como representante soberano y único del pueblo.Yo considero que mis bienes son patrimonio del pueblo y el movimiento peronista, que es también del pueblo, y que todos mis derechos como autora de La razón de mi vida y de Mi mensaje, cuando se publique, sean también considerados como propiedad absoluta de Perón y del pueblo argentino.Mientras viva Perón, él podrá hacer lo que quiera de todos mis bienes [...] Pero después de Perón el único heredero de mis bienes debe ser el pueblo, y pido a los trabajadores y a las mujeres de mi pueblo que exijan, por cualquier medio, el cumplimiento inexorable de esta voluntad suprema de mi corazón que tanto los quiso”.


“No abandones nunca a los pobres”


Según contó el General Perón, Eva lo mandó a llamar un día antes de morir para pedirle un último favor. “No abandones nunca a los pobres, son los únicos que saben ser felices”, le susurro la primera dama al expresidente. Un día más tarde, el 26 de julio de 1952 y cuando el reloj marcaba las 20.25, Eva Duarte de Perón, Evita, la jefa espiritual de la nación, murió con apenas 33 años de edad. Millones de argentinos la despidieron durante 16 días en el Ministerio de Trabajo donde Evita había trabajado desde 1947. Luego fue llevada al Congreso Nacional y por último a la CGT donde sus restos quedarían en un monumento cuya creación se había aprobado en el Congreso por la ley 14.124.


La inmortalidad


En sólo seis años de trabajo social, Eva Duarte de Perón supo conquistar a los trabajadores y a los sectores más humildes de la sociedad. Ni la dictadura de la Revolución Libertadora y sus macabros atentados sobre el cádaver de Eva hicieron que “Los descamisados y los gracitas” olvidaran a Evita, sino que por generaciones le agradecen su lucha por la igualdad.

 

Bibliografía recomendada


Pigna, Felipe (2012). Evita, jirones de su vida - 1a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Planeta.

Rapoport, Mario Daniel (2020). Historia económica, política y social de la Argentina - 1a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Crítica.

Recalde, Héctor Eleodoro (2010).

La Argentina: de la Revolución de Mayo al Bicentenario - 3a ed. Buenos Aires: Del Aula Taller.


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